La democracia es, según una famosa enciclopedia en línea que no necesita presentación, una “forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros”. Ahora, ¿qué nos dice esto?
“La titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros.” Esto quiere decir que son todos los miembros los que toman las decisiones conjuntamente. El problema con esto se ve claramente. ¿Qué pasa cuando la decisión no es unánime? ¿Qué pasa si en el proceso de votación que se lleva a cabo en la toma de decisiones un grupo relativamente grande resulta ser la minoría cuya voluntad se cumplió debido a que la otra opción era más popular?
Ahora llevemos la democracia al nivel en el que se trata hoy en día. La democracia como forma de gobierno. “Gobierno del Pueblo,” Así se podría traducir esta palabra desde sus raíces griegas. Esto quiere decir que los mismos ciudadanos son los que toman las decisiones de estado. Sin embargo, hoy en día podemos distinguir dos variantes de la democracia.
Una de estas es la democracia directa. En esta, que por cierto era la practicada antiguamente en las polis griegas, cada una de las personas asociadas a una agrupación puede exponer sus puntos, iniciativas y propuestas. En esta forma de democracia, se rechaza a todo tipo de representante que pretenda hablar en nombre de otros, actuar en su lugar o interés. Este tipo de democracia parece bueno a simple vista, pero al tratar con poblaciones mayores a las que se tenían en las polis griegas, sería imposible que todos los miembros de un país expusieran sus opiniones personales (o tal vez nos tomaría años y al final surgirían nuevas ideas, lo cual nos llevaría a reiniciar todo el proceso). Aunque claro, esta democracia funcionaria perfectamente en organizaciones menores o quizá en el gobierno de un pequeño pueblo.
Debido a las razones antes dadas, muchos países, entre estos el nuestro, Perú, han optado por la democracia representativa. En esta, los ciudadanos no son los que exponen sus ideas directamente, sino que eligen representantes que, en teoría, deben actuar en representación de los intereses de la ciudadanía. Ahora quiero recalcar ese “en teoría”. Un problema muye conocido en muchos países, incluyendo al nuestro, es la corrupción de nuestros representantes, que utilizan su poder para beneficio personal, principalmente en el ámbito económico. Los congresistas muchas veces han cedido a los sobornos, chantajes u otros tratos de legitimidad cuestionables. Por otra parte, y esto es un problema que ocurre en todos los países, la burocracia muchas veces presenta un obstáculo que ralentiza los procesos legislativos y judiciales. Sin embargo este no es el problema principal que quisiera recalcar. El problema en cuestión es el presentado al comienzo de este ensayo. ¿Qué pasa con los que eligieron al candidato perdedor? Pues sus deseos y expectativas con respecto al gobierno quedaran insatisfechos. Y eso sin contar con el gran problema de la ignorancia de la ciudadanía. Si un grupo de personas que son legalmente ciudadanos no están informadas acerca de los aspectos políticos, económicos y sociales de su sociedad, estarían inhabilitados para elegir correctamente entre las diversas propuestas. Esto es un problema mayor en los países con gran nivel de analfabetismo, ya que al no ser capases de leer, es mucho más difícil para ellos estar informados de la actualidad de sus país, y son fácilmente captados u engañados por estrategias como las del ex presidente Alberto Fujimori, quien dirigió su campaña a los sectores marginales del Perú, aprovechando su falta de información.
Entonces, después de este vistazo a la democracia, ¿qué tenemos? Pues, en mi opinión, la democracia es el sistema de gobierno perfecto, en una sociedad ideal. Pero, obviamente, una sociedad ideal no existe en el mundo en el que vivimos. Un mundo lleno de gente que quiere lograr sus metas por el camino fácil, en todos los niveles de la sociedad, desde importantes funcionarios del estado hasta el trabajador común y corriente, y que educa a los demás en la deshonestidad; el claro caso de un policía que acepta una propina “para la gaseosa” a cambio de ignorar una infracción de parte de un conductor irresponsable, o de un padre que incita a sus hijos a robar la propiedad intelectual de otros para poder presentar sus tareas lo más rápido posible. ¿Acaso algún día podremos vivir en un mundo donde la democracia funcione?
1 comentario:
Muito bom o texto, caro Rodrigo. A democracia é algo complicado de se entender, pois não basta estar na constituição de um país, para que este seja democrático! Continue lendo muito para escrever ótimos textos como esse!
Rodrigo Sensei, de Brasil!
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